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martes, noviembre 28

Mi Pollock

sábado, noviembre 25

Piiiiiinche frío

Digamos que el frío en sí mismo no es el problema, sino los pequeños incidentes de sufrimiento cotidiano que provoca. No hay peor pesadilla que, después de una dulce y placentera noche de sueño, tener que salir de la camita y tocar con los pies el piso helado.

Entrar y salir de la regadera también se vuelven complicados, quitarse la ropa en primer lugar, requiere de mucha valentía; y una vez dentro de la regadera, entre el vaporcito, el solo pensamiento de salir de ese estado de gracia momentánea, es un suplicio. Al salir, uno inevitablemente comienza a tiritar y tiene que cuidarse para no arrancarse un pedazo de lengua o romperse un diente.

Se que no les gustará la idea, pero tengo que confesarlo; nomás empieza el frío y evito al máximo lavarme las manos. Cada vez que tengo que hacerlo hago un estudio casuístico de si la ocasión reúne los méritos suficientes como para sacrificar el calorcito de mis manos por unos desgraciados minutos de tenerlas limpias.

Pero no hay nada peor, ni duda más grande, que el encuentro con la taza. Ahí no hay estudio casuístico que valga, la decisión ha sido tomada ya; el problema es la ejecución. ¿Porqué las nalgas tienen que estar siempre calientitas y el estúpido excusado siempre tan helado? De verdad que en estas épocas de frío sufrimiento, compadezco a las mujeres que no tienen la opción de permanecer de pie...

Les comunico felizmente que hoy haré una excursión para comprar un calentador. Definitivamente no resolverá todos los suplicios cotidianos que me provoca este pinche frío, pero por lo menos hará el proceso de dormir y despertarme un poco menos traumático.

sábado, noviembre 11

¿Que qué pienso de Hugo?


Que es insufrible.
Que habla mucho, pero no cabe duda que metió muchos goles. ¡Y en dónde los metió! ¡y a quiénes se los metió!
Que no es un buen director técnico. No tengo la menor duda.
Que seguramente es buen motivador, pero para nada un mago.
Que ni siendo mago podría hacer que Bravo metiera goles o Márquez no la cagara en los momentos decisivos.
Que es bueno para la "polémica", así que en este sentido no extrañaremos a La Volpe.
Que nunca llegará a ser director técnico del Real Madrid, y mucho menos a dirigir la FIFA (ja ja ja).
Que se la mamó con el Necaxa.
Que jamás, y repito, jamás hará que la selección gane la copa del mundo.
Que gente como él es necesaria en este país, pedante, pero con motivos.
Que me encantaría ver que Joserra le haga una entrevista el día en que eliminen a la selección de un torneucho cualquiera.
Que si gana una Copa América o lleva a la selección a una semifinal en el Mundial, llevaré una foto suya en mi cartera durante al menos 4 años después de alcanzado el logro...
Que si no gana nada, pues nada, seguirá siendo Hugo, el que ya había sido en los ochenta.

--- Actualización -------

Bueno, creo que con mi post me anticipé al nombramiento, pero esto era casi un hecho. Sin embargo, más bien me gustaría retomar algunas reacciones en cuanto a mis expectativas relacionadas con el desempeño de Hugo Sánchez. Aquí un extracto de una nota del Reforma:

"Sánchez sustituye en el cargo al argentino Ricardo Antonio La Volpe, quien dejó el timón del Tri tras la derrota que en junio sufrió México ante Argentina, durante el Mundial de Alemania 2006.

La cantidad del convenio rondaría el millón 200 mil dólares por año, más primas, premios y objetivos alcanzados, y según se sabe las metas a alcanzar estarían fijadas para 2007, en el título de la Copa de Oro y la Semifinal de la Copa América" (Reforma, 16 de Noviembre)


Así o más mediocres, ni siquiera aspiran a ganar la Copa América...

sábado, noviembre 4

Mr. Morrisey, I must disagree

Meat is murder

Heifer whines could be human cries
Closer comes the screaming knife
This beautiful creature must die
This beautiful creature must die
A death for no reason
And death for no reason is murder

And the flesh you so fancifully fry
Is not succulent, tasty or kind
Its death for no reason
And death for no reason is murder

Creo que uno de las versiones del vegetarianismo con la que menos estoy de acuerdo es con el activista-ético. Aquel que cree que vive en los años 60 y experimenta una especie de éxtasis cuando expresa su aversión hacia los carnívoros cual si se tratase de la confederación de estados sureños buscando preservar la esclavitud. Mezcla de activismo social y extensión equivocada del género humano, los vegetarianos activistas llegan al extremo de creer que los animales tienen derechos (!). En un sentido jurídico-legal, que nada tiene que ver con un respeto a la vida o la diferencia. No, los animales tienen derechos y somos inhumanos por comérnoslos.

Intuyo que esta versión de vegetarianismo activista es promovida por la misma clase de gente que come con sus perros en la mesa (habría que investigar si permiten a sus perros comer carne) y pagan para que peinen, entretengan, eduquen y consientan a sus mascotas. Creo que la extensión del carácter humano hacia las mascotas y los animales en general está muy relacionada con nuestra incapacidad por establecer vínculos afectivos y sociales unos con otros. Claro que siempre será más fácil sentir compasión y cariño por una pequeña foca con ojos de bambi que por un cabrón que eructa, te mienta la madre cuando caminas tranquilamente por la calle o simplemente decide que puede meterse a la fila porque tiene prisa.

Si bien, la mayoría de los animales no tiene estas despreciables características humanas, eso no los hace dignos del status humano que los vegetarianos activistas pretenden darles. Aunque los llantos de las becerras pudieran sonar como humanos, definitivamente no lo son.

Claro que podemos procurar no destruir sus hábitats naturales y buscar que las industrias de la carne dejen sus prácticas predatorias (de talar enormes bosques para convertirlos en terrenos de pastoreo) o el uso de hormonas sintéticas para la producción. Pero aún así no veo ningún motivo real por el cual dejar de comerlos. Lo siento, pero no estoy de acuerdo con Mr. Morrisey, la muerte de estos animalitos tiene mucho sentido. Qué mejor motivo para morir, que las felices sonrisas de millones de personas que se chupan los dedos mientras disfrutan unas costillitas de cordero, o un vacío a la parrilla, o unas fajitas de pollo, o un tasajo gratinado, o una hamburguesa al carbón, o unos tacos carnitas bien doraditas...