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sábado, noviembre 25

Piiiiiinche frío

Digamos que el frío en sí mismo no es el problema, sino los pequeños incidentes de sufrimiento cotidiano que provoca. No hay peor pesadilla que, después de una dulce y placentera noche de sueño, tener que salir de la camita y tocar con los pies el piso helado.

Entrar y salir de la regadera también se vuelven complicados, quitarse la ropa en primer lugar, requiere de mucha valentía; y una vez dentro de la regadera, entre el vaporcito, el solo pensamiento de salir de ese estado de gracia momentánea, es un suplicio. Al salir, uno inevitablemente comienza a tiritar y tiene que cuidarse para no arrancarse un pedazo de lengua o romperse un diente.

Se que no les gustará la idea, pero tengo que confesarlo; nomás empieza el frío y evito al máximo lavarme las manos. Cada vez que tengo que hacerlo hago un estudio casuístico de si la ocasión reúne los méritos suficientes como para sacrificar el calorcito de mis manos por unos desgraciados minutos de tenerlas limpias.

Pero no hay nada peor, ni duda más grande, que el encuentro con la taza. Ahí no hay estudio casuístico que valga, la decisión ha sido tomada ya; el problema es la ejecución. ¿Porqué las nalgas tienen que estar siempre calientitas y el estúpido excusado siempre tan helado? De verdad que en estas épocas de frío sufrimiento, compadezco a las mujeres que no tienen la opción de permanecer de pie...

Les comunico felizmente que hoy haré una excursión para comprar un calentador. Definitivamente no resolverá todos los suplicios cotidianos que me provoca este pinche frío, pero por lo menos hará el proceso de dormir y despertarme un poco menos traumático.

2 Comentarios:

Blogger azm dijo...

sea machito y aguante....

2:11 p.m.  
Blogger Xun dijo...

no por nada le llaman el monstruo de porcelana!

2:51 p.m.  

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