Pensamientos

La semana parece todavía larga.

En una especie de retiro autoimpuesto decidí quedarme en casa estos días. Los roomies se fueron, los alumnos se fueron, los profesores se fueron, los amigos también. Entonces, poca gente de carne y hueso a mi alrededor, y quienes tienen contacto conmigo, lo hacen virtualmente. A través de llamadas telefónicas, con emoticones, canciones, textos de celular o en el messenger. Se parece un poco a hablar con Dios en tiempo de revelaciones, todo muy etéreo, todo muy simbólico. Todo a veces demasiado silencioso.

El pretexto de quedarme fue la tesis, la eterna tesis. A veces me pregunto cuántas veces tengo que escribir la misma página para que quede como la imagino. Es como el apostolado de sísifo, empujando siempre la misma piedra, para regresar al mismo lugar donde comenzó.

Pero bueno, no me quejo. Siempre he sabido disfrutar de mi mismo (anque se oiga medio chaquetera la expresión). Siempre es bueno retirarse al mundo propio, de vez en cuando...