Una postal playera

Les dejo una postal playera al atardecer. Retrato de los dos días de exilio urbano que pasé muy cerquita del mar, extrañando. No los bloqueos, periódicos, tráfico o contaminación de esta ciudad, sino algo más sutil. Estando sobre la arena me di cuenta de que las cosas por sí mismas pueden ser insuficientes, si no hay alguien ahí a tu lado. Y no me refiero a gente alrededor o a una compañía ambiental, sino a alguien. A un compañero de viaje, un alguien que más que contigo, se encuentre dentro de ti...

Escuchando a las olas me di cuenta de que extraño la tranquilidad de sentirme completo, la seguridad de no querer estar en otro lado. No sé cuánto tiempo pasará antes de que me deje de sentir así.